Modificado en diciembre de 2021
La sarna o escabiosis es una dermatosis provocada por el ácaro Sarcoptes scabiei hominis. Se trasmite contacto directo de piel con piel, a través de fómites y con el contacto con animales infestados, donde son necesarios un tiempo de contacto de 15-20 minutos. Existen factores favorecedores
El síntoma cardinal es el picor y la urticaria que suele iniciarse de forma insidiosa a los 15-20 días después del contagio, salvo en reinfestaciones, donde puede acortarse a 1-3 días. La intensidad es máxima en la noche, al acostarse y al mojarlas en agua caliente. Al rascarse con las uñas el paciente produce lesiones que fácilmente son contaminadas por bacterias o hongos que complican el cuadro. También abarca todo el cuerpo con excepción de la cabeza y la espalda.
Se describen dos tipos de lesiones elementales:
Lesiones directas. Las de mayor valor diagnóstico son los “surcos acarinos”. Expresión de los túneles epidérmicos labrados por la hembra. Son trayectos lineales, levemente sobreelevados y eritematosos, y que miden varios milímetros. Al final de los mismos, se detecta una fina vesícula que corresponde al sitio donde está alojado el parásito: la denominada eminencia acarina o perla escabiótica o vesícula perlada de Bazin. Son lesiones vesiculosas, transparentes, menores de 1 milímetro.
Lesiones indirectas. Las producidas como una reacción cutánea a la presencia del ácaro y por los efectos lesivos del rascado. Encontramos pápulas, lesiones sobreelevadas y eritematosas de distribución bilateral, simétrica y generalizada. En pacientes atópicos, es fácil encontrar elementos nodulares, de 6 a 10 mm de diámetro, intensamente pruriginosos, denominados nódulos acarinos, que se localizan en: codos, manos, axilas, flancos, escroto, pene y pliegues sub e interglúteos.
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