La infiltración consiste en la inyección, intrarticular o en elementos no articulares, de sustancias con efecto antiainflamatorio y analgésico que tratan de alcanzar efectos perecederos o definitivos en la mejoría de procesos que afectan al aparato locomotor. Forma parte de amplio arsenal terapéutico que dispone la medicina actual, y por ende la atención primaria, para abordar esas patologías, y por lo tanto tiene sus indicaciones y su posición dentro de la escala de tratamiento de estas patologías, aunque no de be anteponerse o sustituir a otros recursos, pero tampoco ser excluida.
La artrocentesis es un procedimiento relativamente sencillo y con escasos efectos secundarios que consiste en la punción articular y la evacuación de líquido articular con fines diagnósticos o terapéuticos, ya que actúa descomprimiendo zonas de tensión. La administración local intraarticular o en tejidos blandos de fármacos, sustancias químicas o radioisótopos es una de las modalidades terapéuticas de las enfermedades reumáticas, que produce en general un gran alivio de la sintomatología, con escasos efectos secundarios, y es en muchos de los casos el tratamiento de elección, fundamentalmente en procesos inflamatorios de tejidos blandos.
Existen diferentes motivos que justifican la realización de infiltraciones en el ámbito de la atención primaria, entre los que podríamos destacar:
HOMBRO | Tendinitis bicipital Bursitis subacromial Tendinitis del supraespinoso Capsulitis adhesiva |
CODO | Epicondilitis Epitrocleitis Bursitis olecraneana Síndrome del túnel cubital |
CARPO Y MANO | Ganglión Tenosinovitis de De Quervain Síndrome del túnel carpiano Dedo en gatillo |
CADERA | Bursitis trocantérea |
RODILLA | Bursitis anserina Bursitis prepatelar |
PELVIS | Bursitis isquiática Bursitis iliopectinea |
PIE | Tendinitis aquílea Bursitis aquílea Bursitis calcánea Neurinoma de Morton Síndrome del túnel del tarso Fascitis plantar Espolón calcáneo Dedos en gatillo |
Utilizar siempre material estéril desechable de un sólo uso. Se precisa:
La aplicación de corticoides por vía intraarticular o en tejidos blandos requiere formulaciones retardadas o de depósito, en forma de ésteres en suspensión cristalina, que les confieren una menor solubilidad y una mayor persistencia y duración del efecto local, necesarias para conseguir la eficacia clínica.
Existen diversos análogos sintéticos, con potencia diferente aunque eficacia similar como son:
Probablemente este último es el que mejor resultado ha aportado, probablemente por su menor solubilidad y una duración del efecto local más prolongado. Algunos autores recomiendan formulaciones mixtas como la del celestone cronodose (corticoides poco solubles –retardados- con corticoides solubles –acción rápida-.)
La utilidad de los anestésicos locales es doble: por una parte, producen alivio inmediato del dolor en el punto de inyección y, por la otra actúan como diluyentes del corticoide, mejorando su difusión, disminuyendo el riesgo de atrofia de los tejidos bañados y disminuyendo la frecuencia de artritis por microcristales de corticoides.
La dilución utilizada en la mezcla de infiltración es 1:1 (1 mililitro de de anestésico por cada mililitro de corticoide).
Ejemplos de anestésicos locales a utilizar son: mepivacaína (Scandinibsa R), lidocaína (lidocaina R), xilocaína.
Las pautas de utilización, relativamente arbitrarias, recomiendan:
El dolor del hombro se encuentra entre las quejas más comunes de la práctica médica. Dicho dolor puede ser causado por problemas locales dentro de la región del hombro o por desórdenes de estructuras a distancia.
Con el objeto de abordar el tema que nos ocupa lo dividiremos en los siguientes apartados:
La cintura escapular comprende por una parte el húmero y la escápula que se unen por la articulación gleno-humeral y por otro la clavícula que se une a la escápula por el acrómion (articulación acromioclavicular) y el esternón (articulación esternoclavicular).
El único punto de unión esquelética del hombro al tronco es mediante la articulación esternoclavicular.
La clavícula es la responsable de mantener al hombro lejos del tórax.
La poca profundidad de la cavidad glenoidea y la laxitud de la cápsula hacen de la articulación gleno-humeral una articulación con gran movilidad pero también muy inestable.
La cabeza humeral se articula con una superficie glenoidea sólo algo mayor a un tercio de su tamaño y la articulación tiene una cápsula articular laxa.
La cabeza del húmero se mantiene en la cavidad glenoidea por un “manguito articular“ de músculos escapulares cortos (los músculos supraespinoso, infraespinoso, redondo menor y subescapular) estos músculos se originan en la escápula y se insertan en las tuberosidades de la epífisis proximal del húmero (troquiter y troquín). La inervación de estos músculos depende de los nervios supraescapular (músculo supraespinoso e infraespinoso), circunflejo (redondo menor) y los subescapulares superior e inferior (músculo subescapular) todos ellos dependen de las raíces nerviosas C5 y C6.
En la valoración del hombro doloroso juega un papel importante la anamnesis debiendo valorar los antecedentes personales, patología previa del hombro, tipo de actividad profesional o si se practica algún deporte, características del dolor (si es agudo o crónico, si tiene ritmo inflamatorio o mecánico…) el grado de repercusión en la vida del enfermo, en sus actividades normales o profesionales.
En primer lugar realizaremos la inspección y palpación de los elementos óseos en busca de alguna anomalía, posteriormente pasaremos a valorar los arcos de movilidad.
Lo primero a realizar por el paciente son los movimientos activos. Tanto en las lesiones articulares como en la patología periarticular puede existir dolor y limitación de los movimientos activos.
- Prueba del rascado de Apley:
Es la manera activa más rápida de valorar los arcos de movilidad. El paciente debe intentar tocar los bordes superior e inferior del borde medial de la escápula.
El explorador sustituye a las estructuras activas, por lo que la limitación de estos movimientos indica patología cápsulo-articular.
En general se admite como axioma que si la movilidad pasiva es completa, rara vez la patología del hombro es articular.
- Grados de movilidad:
Los tres movimientos pasivos a realizar para valorar patología articular gleno-humeral son:
La limitación de estos tres movimientos constituye lo que se llama “patrón capsular” y su significado es de patología articular cualquiera que sea su etiología.
La articulación del paciente no se mueve y se ponen en tensión de forma selectiva estructuras tenomusculares, por lo tanto un esfuerzo contra resistencia doloroso localiza la lesión en el tendón o músculo que se ha contraído.
Hemos de recordar que de manera general la movilidad del hombro contraresistencia permite detectar el tendón lesionado:
- Maniobras exploratorias:
Rotación externa resistida:
Cuando el único movimiento que duele es l
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